miércoles, 23 de noviembre de 2011

Verdes Terciopelos

No hay grises
u oscuros,
ni blancos virginales.
No hay pinceles ajenos
ni bocetos de otros.
Sólo verdes terciopelos
con hojas por alas
y viento por raíces.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El último adiós

Le dicen profecías autocumplidas.
Y no me cuesta decir adiós: sé despojarme del pasado con un sólo soplido,
con un enter
un fósforo
un cerrar los ojos y aceptar;
lo que amerite el momento.
El Ultimo Post, 
or Past.
Como sea.
Llegó a su fín.
No serás 2012.
No serás mis futuros presentes.
Algo destiñe debajo de tus letras
huele a naftalina
a retro
a feria americana.
Algo en vos, o absolutamente todo ya no te remite a mi.
Sos de algún desconocido que habitó conmigo antes, 
cuando era la que decía lo que ahora no digo.
Y te digo gracias
pero también, adiós.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Piel de Papel


Escribirme;
describirme
descubrirme
cubrirme de palabras.






martes, 1 de noviembre de 2011

Zig Zag

Y parece que no tenía coherencia
herencia
paciencia
inercia.
Nada,
como una mísera porción de letras sin sentido
con un piano sonando despacio detrás de las cortinas
un poco de silencio para cuando quiera pensar
unas flores secándose al sol
dos frases hebreas
dos niños esperando el momento indicado
dos momentos indicados, esperando por los niños
que tardan en venir
proyectos flotando inertes
y un sin fin de respuestas que nadie preguntó.
Pensamientos en zig zag
esquivando las baldosas azules
pisando solo las blancas
que parecen buenas
como cuando eras niña
y esquivabas lo que sabías, no te convenía.

martes, 25 de octubre de 2011

Mal pensado


Y yo que creí dejarte atrás
con tu mano izquierda saludándome a lo lejos,
con mi mano izquierda besándome los labios
para librarlos al viento como si fueran a alcanzarte.
Y yo que te creí muerto
debajo de mis muertos
que fueron restos de tu muerte.
Y yo que creí
y descreí de lo que ha sido.
Y yo que pensé tantas cosas
entre mil teorías
absurdas
impotentes
escasas
sin sentido.
Y yo que tiré al recuerdo los rastros materiales
mientras tenía el alma grabada bajo el fuego.
Fuego sagrado
que me ha consumido despacio
hasta dejarme temblando de frío
frente a mis cenizas.

lunes, 24 de octubre de 2011

Nadie huye


Tengo un único canto
y una frágil porción después de ti
Es escaso el impulso,
pero imperturbable y lento
cuando intento escaparme de el
sin querer tampoco huír.

domingo, 16 de octubre de 2011

New mind


Zoe cerró la puerta, se quitó las botas y se soltó el pelo;
deslizó las pulseras por sus muñecas y las dejó caer sobre el mueble.
Afuera un sol pálido despedía la tarde,
adentro un par de flores silvestres perfumaban la habitación.
En la cartera se mezclaron un par de caramelos de miel, entre las páginas de un libro que guardó marcado al subir al tren,
en el bolsillo derecho, una piedra que llevaba para agradecer cada vez que la rozaba buscando refugio para su mano temblando por el frío.
Esa tarde rozó la piedra tres veces, agradeció por la vida, por poder aprender de sus errores, por todo lo que partió y no le pertenecía.
Busca la piedra y la pone sobre un baúl, del lado izquierdo de la foto de su abuelo cuando era pequeño.
Mira la pequeña piedra, ínfima pero poderosa. Testigo fiel de sus pensamientos buscando algo por lo cual agradecer, entre la cascada de motivos que se empujaban en la fila para ser los elegidos.
Se acuesta sobre la cama y mira las cuatro cajas a rayas encima del placard. Intenta recordar lo que ha guardado, pero se hace casi imposible...lo guardó hace ya mucho tiempo.
Respira y su pecho se eleva mas cerca del cielo,
suspira y se eleva mas alto aún sin querer;
le devuelve el aire al cuarto, como cuando alguien pide algo prestado que debe devolver sin demasiada demora.
Zoe cierra los ojos y camina dentro de sus pensamientos, como está aprendiendo a hacer desde que el sol pálidamente se despide por las tardes a través de su ventana.
A veces los recuerdos mas profundos que le dañaron el alma, aparecen sin invitación en medio de sus caminatas. Pero ahora tiene la fuerza de un trueno para empujarlos mucho mas lejos de su cuerpo, de su mente y de aquel viejo dolor.
Hay una mente nueva, pintando el futuro delante, con la seguridad del trazo que viene a marcar la historia con el recelo de un hecho célebre, único y creador.
Y camina en sus pensamientos, con el paso seguro de quien sabe cuanto vale, de quien respira cuanto merece y quien celebra lo que afirma que vendrá.
Las cenizas sobrevolaron al ave y la dejaron desnuda para que pueda revivir.
Ya no tiene pudor al desnudo, porque su protección está adentro. Segura y tbia, lista para cubrirla con el poder de su abrazo.
Zoe tiene 25 años, una piedra sobre el baúl y mucho mas todavía para agradecer.
Cierra sus ojos y duerme
y sueña los sueños que al fin ha conseguido creer.